En la naturaleza, existen fenómenos que a primera vista parecen contradecir las leyes físicas o biológicas tal como las entendemos, pero al investigarlos más a fondo, en realidad se ajustan a las leyes de la ciencia. A continuación, algunos ejemplos de «inviabilidades» aparentes que, aunque puedan parecer contradecir las leyes naturales, en realidad tienen explicaciones científicas:
Animales como la medusa Turritopsis dohrnii, conocida como «la medusa inmortal», tienen la capacidad de revertir su ciclo de vida a una etapa más temprana, lo que los hace técnicamente inmortales en ausencia de depredadores o enfermedades. Este fenómeno parece desafiar el envejecimiento biológico, una ley fundamental de la biología.
Las hormigas y su fuerza
Se sabe que las hormigas pueden levantar objetos que son muchas veces más grandes que su propio peso corporal. Esto puede parecer imposible desde la perspectiva de un ser humano, pero la relación entre la fuerza y el tamaño en organismos pequeños sigue las leyes físicas correctamente.
El gato de Schrödinger y la paradoja cuántica
El experimento mental del «gato de Schrödinger» sugiere una contradicción entre la mecánica cuántica y la realidad observable, con un gato que está simultáneamente vivo y muerto hasta que se observa. Esto parece contradecir las leyes de la lógica clásica, ya que algo no puede estar en dos estados a la vez.
Según las leyes de la Física, comprobado por los experimentos en el túnel aerodinámico, la abeja no debería poder volar, ya que el tamaño, el peso y la configuración de su cuerpo no guarda la debida proporción con la envergadura de sus alas
Pero la abeja no lo sabe.
La técnica de las abejas, que ha sido calificada de insólita, consiste en que “el ala se mueve hacia atrás en un arco de 90° y mientras vuelve hacia delante va girando. Dicho proceso se repite doscientas treinta veces por segundo. […] Se parece a una hélice en la que, además, la paleta rotara”, según explica un miembro del equipo de investigación.
La razón de la velocidad anómala del aleteo de las abejas es sencilla, y viene determinada por sus propias necesidades, dado que las abejas dedican gran parte de sus vuelos a permanecer suspendidas en el aire, ya sea mientras recolectan el néctar o polen de las flores, ya sea en maniobras de aterrizaje, en las que el tremendo peso que deben transportar se convierte en una dificultad añadida.
El descubrimiento de esta singularidad, podría ayudar a los ingenieros aeronáuticos a diseñar hélices más eficientes o aeronaves de alta maniobrabilidad.
En el planeta existen al menos 20.000 especies de abejas silvestres y, si nos acercamos a Europa, cerca de 2.500.
A nivel europeo, el 37% de las poblaciones de abejas están en declive y hasta un 70% de los cultivos producidos en España dependen también de la polinización.
La abeja en cifras:
normalmente vuelan en un radio típico que oscila entre los 2 y los 3 kilómetros, siempre y cuando haya recursos disponibles en este rango
aunque parezca una barbaridad, cada abeja obrera debería visitar dos millones de flores y viajar unos 80.000 kilómetros, que es lo mismo que darle la vuelta al mundo dos veces, para recolectar dos kilos de miel.
En general, se dice que una abeja obrera adulta puede transportar aproximadamente el 20% de su peso corporal en néctar, polen u otros materiales.
Como de promedio una abeja obrera adulta pesa alrededor de 50 miligramos, eso significa que podría transportar alrededor de 10 miligramos de peso
Más del 75 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización.
En promedio, una abeja obrera puede visitar hasta 1000 flores en un solo día en busca de néctar y polen para la colmena